A continuación la letra de la canción La tibétaine Artista: Yves Duteil Con traducción
Texto original con traducción
Yves Duteil
Nous vivons sous le mme soleil que des tres en tous points pareils
Qui partagent leur existence, entre l’espoir et la souffrance.
La Tibtaine au cњur si pur qui chantait l’ombre des murs
Attendra jusqu' ses trente ans pour revoir le soleil levant.
Les oublis du toit du Monde nous appellent chaque seconde
Et leur chant se heurte en silence au vacarme de l’inconscience.
C’est la voix d’un peuple bris de ses moines martyriss
Qui nous offrent en un seul regard des milliers de vies de mmoire.
C’tait hier, c’tait ailleurs, on disait «Plus jamais l’horreur».
C’est l tout prs, c’est maintenant et je pleure pour tous ces gens.
Nous gardons la blessure au cњur du chagrin des peuples qui meurent
Par la force ou par la violence, en perdant jusqu' l’esprance.
Cette ligne, si elle s’teint avec le dernier Tibtain
Laisserait pour l’ternit tant de portes jamais fermes.
Les oublis du toit du Monde nous appellent chaque seconde
Mais leurs chants se perdent en silence au dsert de l’indiffrence.
C’est la voix d’un peuple puis, de ses femmes paralyses
Qui revivent en un seul regard tout ce que leur cњur a pu voir.
C’tait hier, c’tait ailleurs, on disait «C'tait une erreur».
C’est l tout prs, c’est maintenant et je rve pour ces enfants.
D’un pays libre sur la Terre, des milliers d’annes-lumire
De ces uniformes barbares, de la peur et du dsespoir
Pour revivre sous le soleil une histoire en tous points pareille
Et pouvoir enfin raconter les chapitres inachevs.
Il est dit que jamais la flamme de la vrit dans nos mes
Ne peut s’teindre tout fait et qu’elle nous claire en secret.
Comme du miel sur les blessures, j’entends toujours la voix si pure
De la Tibtaine chanter avec ses sњurs emprisonnes.
Quelque part au-del des murs, j’entends toujours la voix si pure
De la Tibtaine chanter leur espoir en la libert.
Vivimos bajo el mismo sol como seres iguales en todos los aspectos
Quienes dividen su existencia, entre la esperanza y el sufrimiento.
La mujer tibetana de corazón tan puro que cantó la sombra de los muros
Esperará hasta los treinta para volver a ver el sol naciente.
Las omisiones del techo del mundo nos llaman cada segundo
Y su canto se encuentra en el silencio con el estruendo de la inconsciencia.
Es la voz de un pueblo quebrantado de sus monjes martirizados
Que nos ofrecen miles de vidas de memoria de un vistazo.
Fue ayer, fue en otro lugar, dijimos "Nunca más el horror".
Ya casi llega, ya es y lloro por toda esta gente.
Mantenemos el dolor en el corazón del dolor de los pueblos que mueren
Por la fuerza o por la violencia, perdiendo incluso la esperanza.
Esta línea, si termina con el último tibetano
Dejaría para la eternidad tantas puertas nunca cerradas.
Las omisiones del techo del mundo nos llaman cada segundo
Pero sus canciones se pierden en el silencio en el desierto de la indiferencia.
Es la voz de un pueblo entonces, de sus mutiladas
Que reviven en una sola mirada todo lo que su corazón pudo ver.
Fue ayer, fue en otro lado, dijimos "Fue un error".
Ya falta poco, es ahora y sueño por estos niños.
De un país libre en la Tierra, a miles de años luz de distancia
De estos uniformes bárbaros, de miedo y desesperación
Para revivir bajo el sol una historia en todos los aspectos la misma
Y finalmente poder contar los capítulos inconclusos.
Se dice que nunca la llama de la verdad en nuestras almas
No se puede extinguir por completo y ella nos limpia en secreto.
Como miel en las heridas, todavía escucho la voz tan pura
Del canto tibetano con sus hermanas encarceladas.
En algún lugar más allá de las paredes todavía escucho la voz tan pura
De los tibetanos cantan su esperanza en la libertad.
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