The Twang Man - The Dubliners

Come listen to my story, it’s about a nice young man

When the militia wasn’t a wantin', he dealt in hawkin' twang

He loved a lovely maiden as fair as any midge

And she kept a traycle depot one side of the Carlisle bridge

Well, another one came a courtin' her and his name was Mickey Baggs

He was a commercial traveller and he dealt in bones and rags

Well, he took her out to Sandymount for to see the waters roll

And he stole the heart of the Twangman’s girl playin' 'Billy In The Bowl'

Oh, when the twang man heard of this he flew into a terrible rage

And he swore be the content of his twang cart, on him he’d have revenge

So he stood in wait near James' gate till the poor old Baggs came up

And with his twang knife, sure he took the life of the poor old gather `em up

And it’s now ye have heard me story and I hope ye’ll be good men

And not go chasing the Twangman’s mot or any other oul' hen

For she’ll leave you without a brass farthing, not even your old sack of rags

And that’s the end of the story of poor old Mickey the Baggs

Ven a escuchar mi historia, se trata de un joven agradable

Cuando la milicia no era un querer, se ocupaba de hawkin' twang

Amaba a una hermosa doncella tan hermosa como un mosquito

Y mantuvo un depósito de bandejas a un lado del puente de Carlisle

Bueno, otro vino a cortejarla y su nombre era Mickey Baggs

Era un viajero de comercio y comerciaba con huesos y trapos

Bueno, él la llevó a Sandymount para ver las aguas rodar

Y le robó el corazón a la chica de Twangman jugando a 'Billy In The Bowl'

Oh, cuando el hombre twang se enteró de esto, se enfureció terriblemente.

Y juró ser el contenido de su carro de twang, en él se vengaría

Así que se quedó esperando cerca de la puerta de James hasta que el pobre viejo Baggs apareció.

Y con su cuchillo twang, seguro que le quitó la vida al pobre viejo

Y es ahora que me han oído la historia y espero que sean buenos hombres.

Y no ir persiguiendo la mota de Twangman o cualquier otra gallina

Porque ella te dejará sin un centavo, ni siquiera tu viejo saco de harapos.

Y ese es el final de la historia del pobre viejo Mickey the Baggs