The Grave-Earth's Son - Nightbringer

Listen ye unto the untamable tempest

That quiver the gravemount on this eve.

The mysterium exhumed at the dismal shriek of Death’s untimely exclamation.

Where the thorn-blessed flock of Shemyaza led me

To the gloom of the Holy murderer’s noose

As he who in pride wears

The mark of lawless passion.

To hang in led-black secrecy,

To fall into the depths of the spectral oracle

and pluck the twisted sigils of Hel’s rat-torn arcana,

All within Erebus' sun-blotting silence.

And from this inverted elevation bless the blackest soil

With my soul’s mercurial seed,

The marrow of my dreams shed at the ninth bell’s strike,

In a death-rattle or a weird cry of ghoulish lechery.

To saturate the damp dungeon beneath,

That the matrix of sepulchral transformation

May give birth to Unnature’s malformed godchild.

My Will made manifest,

My shape deified in abnormalities unbearable for all senses,

Hidden in the grave-earth's occultation.

And only but for tthe Shadow’s black dog to uncover,

He who pass the archon’s perilous gates

At the crossroads of interstellar pathways.

Yet at the clamor of the Dragon’s opened eye,

Shall even he fall lifeless down

As I reach out to steal the fire of divine destiny.

Yes, I seize my self-made self,

The sacred offering of my wretched and withered persona

And let It suckle from my heart’s rubine fountain.

The life-blood of Adam’s kin coursing through

The phantasmal trenches made clay,

Yet boiling from pleromal Fire

This I give as fodder for the one secret son of Belial

And my recalled atavistic awakening.

Escuchad la tempestad indomable

Que estremecen el monte de la tumba en esta víspera.

El mysterium exhumado ante el lúgubre chillido de la inoportuna exclamación de la Muerte.

Donde me llevó el rebaño bendecido por las espinas de Shemyaza

A la oscuridad de la soga del Santo asesino

Como el que con orgullo viste

La marca de la pasión sin ley.

Para colgar en secreto LED-negro,

Caer en las profundidades del oráculo espectral

y arranca los sigilos retorcidos de los arcanos desgarrados por las ratas de Hel,

Todo dentro del silencio que bloquea el sol de Erebus.

Y desde esta elevación invertida bendiga el suelo más negro

con la semilla mercurial de mi alma,

La médula de mis sueños se derramó al sonar la novena campana,

En un estertor de muerte o un extraño grito de lujuria macabra.

Para saturar la mazmorra húmeda debajo,

Que la matriz de transformación sepulcral

Puede dar a luz al ahijado deformado de Unnature.

Mi Voluntad manifestada,

Mi forma deificada en anormalidades insoportables para todos los sentidos,

Oculto en la ocultación de la tumba-tierra.

Y solo para que el perro negro de la Sombra lo descubra,

El que atraviesa las peligrosas puertas del arconte

En la encrucijada de caminos interestelares.

Sin embargo, ante el clamor del ojo abierto del Dragón,

¿Acaso él caerá sin vida

Mientras me acerco para robar el fuego del destino divino.

Sí, me apodero de mi yo hecho a sí mismo,

La ofrenda sagrada de mi persona miserable y marchita

Y déjalo mamar de la fuente de rubíes de mi corazón.

La sangre vital de los parientes de Adán corriendo por

Las trincheras fantasmales hechas de barro,

Sin embargo, hirviendo del Fuego pleromal

Esto lo doy como forraje para el único hijo secreto de Belial

Y mi despertar atávico recordado.