A continuación la letra de la canción Sur la mort d'une cousine de sept ans Artista: Georges Brassens Con traducción
Texto original con traducción
Georges Brassens
Hélas, si j’avais su lorsque ma voix qui prêche
T’ennuyait de leçons, que sur toi rose et fraîche
L’oiseau noir du malheur planait inaperçu,
Que la fièvre guettait sa proie et que la porte
Où tu jouais hier te verrait passer morte
Hélas, si j’avais su !
Enfant, je t’aurais fait l’existence bien douce,
Sous chacun de tes pas j’aurais mis de la mousse;
Tes ris auraient sonné chacun de tes instants;
Et j’aurais fait tenir dans ta petite vie
Des trésors de bonheur immense à faire envie
Aux heureux de cent ans.
Loin des bancs où pâlit l’enfance prisonnière,
Nous aurions fait tous deux l'école buissonnière.
Au milieu des parfums et des champs d’alentour
J’aurais vidé les nids pour emplir ta corbeille;
Et je t’aurais donné plus de fleurs qu’une abeille
N’en peut voir en un jour.
Puis, quand le vieux janvier les épaules drapées
D’un long manteau de neige et suivi de poupées,
De magots, de pantins, minuit sonnant accourt;
Parmi tous les cadeaux qui pleuvent pour étrenne,
Je t’aurais faite asseoir comme une jeune reine
Au milieu de sa cour.
Mais je ne savais pas et je prêchais encore;
Sûr de ton avenir, je le pressais d'éclore,
Quand tout à coup pleurant un pauvre espoir déçu,
De ta petite main j’ai vu tomber le livre;
Tu cessas à la fois de m’entendre et de vivre
Hélas, si j’avais su !
¡Ay, si hubiera sabido cuándo mi voz de predicación
Te aburrí con lecciones, solo en ti rosa y fresco
El pájaro negro de la desgracia pasó desapercibido,
Que la fiebre acechaba a su presa y la puerta
Donde jugaste ayer te vería pasar muerto
¡Ay, si lo hubiera sabido!
De niño, te hubiera hecho la vida muy placentera,
Debajo de cada uno de tus pasos hubiera puesto musgo;
Tus risas habrían sonado tu cada momento;
Y hubiera cabido en tu pequeña vida
Tesoros de felicidad inmensa a la envidia
A los felices cien años.
Lejos de los bancos donde palidece la niñez prisionera,
Ambos habríamos faltado a la escuela.
En medio de los perfumes y los campos circundantes
hubiera vaciado los nidos para llenar tu cesto;
Y te hubiera dado más flores que una abeja
No puedo verlo en un día.
Luego, cuando el viejo enero con los hombros cubiertos
Con un largo abrigo de nieve y seguido de muñecos,
De tesoros, de marionetas, se apresuraron las huelgas de medianoche;
Entre todos los regalos que llueven para Nochevieja,
Te hubiera hecho sentar como una joven reina
En medio de su corte.
Pero yo no sabía y todavía estaba predicando;
Seguro de tu futuro, lo insté a florecer,
Cuando de pronto llora una pobre esperanza defraudada,
De tu manita vi caer el libro;
Dejaste tanto de oírme como de vivir
¡Ay, si lo hubiera sabido!
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