A continuación la letra de la canción Canzone Della Bambina Portoghese Artista: Francesco Guccini Con traducción
Texto original con traducción
Francesco Guccini
E poi e poi, gente viene qui e ti dice
Di sapere gia' ogni legge delle cose
E tutti, sai, vantano un orgoglio cieco
Di verita' fatte di formule vuote
E tutti, sai, ti san dire come fare,
Quali leggi rispettare, quali regole osservare,
Qual e' il vero vero,
E poi, e poi, tutti chiusi in tante celle,
Fanno a chi parla piu' forte
Per non dir che stelle e morte fan paura.
Al caldo del sole, al mare scendeva la bambina portoghese
Non c’eran parole, rumori soltanto come voci sospese.
Il mare soltanto, e il suo primo bikini amaranto,
Le cose piu' belle e la gioia del caldo alla pelle.
Gli amici vicino sembravan sommersi dalla voce del mare;
O sogni o visioni qualcosa la prese e si mise a pensare;
Senti' che era un punto al limite di un continente,
Senti' che era un niente, l’Atlantico immenso di fronte.
E in questo sentiva qualcosa di grande
Che non riusciva a capire, che non poteva intuire;
Che avrebbe spiegato, se avesse capito lei, e l’oceano infinito;
Ma il caldo l’avvolse, si senti' svanire e si mise a dormire.
E fu solo del sole, come di mani future.
Restaron soltanto il mare e un bikini amaranto.
E poi e poi, se ti scopri a ricordare,
Ti accorgerai che non te ne importa niente.
E capirai che una sera o una stagione
Son come lampi, luci accese e dopo spente.
E capirai che la vera ambiguita'
E' la vita che viviamo, il qualcosa che chiamiamo esser uomini,
E poi, e poi, che quel vizio che ci uccidera'
Non sara' fumare o bere, ma il qualcosa che ti porti dentro,
Cioe' vivere
Y luego y luego, la gente viene aquí y te dice
Ya conocer cada ley de las cosas
Y todos ellos, ya sabes, se jactan de orgullo ciego
Verdades hechas de fórmulas vacías
Y todos, ya sabes, sabrás cómo hacerlo,
Qué leyes respetar, qué reglas observar,
¿Cuál es el real real,
Y luego, y luego, todo encerrado en muchas celdas,
Hacen que los que hablan más fuerte
Sin mencionar que las estrellas y la muerte son aterradoras.
Al calor del sol, la portuguesa bajó al mar
No había palabras, solo ruidos como voces suspendidas.
Sólo el mar, y su primer biquini de amaranto,
Las cosas más bellas y la alegría del calor en la piel.
Los amigos cercanos parecían abrumados por la voz del mar;
O sueños o visiones algo la tomó y se puso a pensar;
Siente que era un punto en el borde de un continente,
Sintió que no era nada, el inmenso Atlántico frente a él.
Y en esto sintió algo grande
Que no podía entender, que no podía adivinar;
Que él habría explicado, si la hubiera entendido a ella, y al océano infinito;
Pero el calor la envolvió, se sintió desvanecerse y se durmió.
Y era sólo del sol, como de manos futuras.
Solo quedaba el mar y un biquini de amaranto.
Y luego y luego, si te encuentras recordando,
Descubrirás que no te importa.
Y comprenderás que una tarde o una estación
Son como relámpagos, luces que se encienden y luego se apagan.
Y comprenderás que la verdadera ambigüedad
Es la vida que vivimos, ese algo que llamamos ser hombres,
Y luego, y luego, que el vicio que nos va a matar
No será fumar ni beber, sino ese algo que llevas dentro,
eso es vivir
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