A continuación la letra de la canción Die Kinder Von Izieu Artista: Reinhard Mey Con traducción
Texto original con traducción
Reinhard Mey
Sie war‘n voller Neugier, sie war‘n voller Leben
Die Kinder, und sie waren vierundvierzig an der Zahl
Sie war‘n genau wie ihr, sie war‘n wie alle Kinder eben
Im Haus in Izieu hoch überm Rhonetal
Auf der Flucht vor den Deutschen zusammengetrieben
Und hinter jedem Namen steht bitteres Leid
Alle sind ganz allein auf der Welt geblieben
Aneinandergelehnt in dieser Mörderzeit
Im Jahr vierundvierzig, der Zeit der fleiߑgen Schergen
Der Spitzel und Häscher zur Menschenjagd bestellt
Hier wird sie keiner finden, hier oben in den Bergen
Die Kinder von Izieu, hier am Ende der Welt
Joseph, der kann malen: Landschaften mit Pferden
Théodore, der den Hühnern und Küh‘n das Futter bringt
Liliane, die so schön schreibt, sie soll einmal Dichterin werden
Der kleine Raoul, der den lieben langen Tag über singt
Und Elie, Sami, Max und Sarah, wie sie alle heißen:
Jedes hat seine Gabe, sein Talent, seinen Part
Jedes ist ein Geschenk, und keines wird man denen entreißen
Die sie hüten und lieben, ein jedes auf seine Art
Doch es schwebt über jedem Spiel längst eine böse Ahnung
Die Angst vor Entdeckung über jedem neuen Tag
Und hinter jedem Lachen klingt schon die dunkle Mahnung
Dass jedes Auto, das kommt, das Verhängnis bringen mag
Am Morgen des Gründonnerstag sind sie gekommen
Soldaten in langen Mänteln und Männer in Zivil
Ein Sonnentag, sie haben alle, alle mitgenommen
Auf Lastwagen gestoßen und sie nannten kein Ziel
Manche fingen in ihrer Verzweiflung an zu singen
Manche haben gebetet, wieder andre blieben stumm
Manche haben geweint und alle, alle gingen
Den gleichen Weg in ihr Martyrium
Die Chronik zeigt genau die Listen der Namen
Die Nummer des Waggons und an welchem Zug er hing
Die Nummer des Transports mit dem sie ins Lager kamen
Die Chronik zeigt, dass keines den Mördern entging
Heute hör‘ ich, wir soll‘n das in die Geschichte einreihen
Und es muss doch auch mal Schluss sein, endlich, nach all den Jahr‘n
Ich rede und ich singe und wenn es sein muss, werd‘ ich schreien
Damit unsre Kinder erfahren, wer sie war‘n:
Der Älteste war siebzehn, der Jüngste grad vier Jahre
Von der Rampe in Birkenau in die Gaskammern geführt
Ich werd‘ sie mein Leben lang sehn und bewahre
Ihre Namen in meiner Seele eingraviert
Sie war‘n voller Neugier, sie war‘n voller Leben
Die Kinder, und sie waren vierundvierzig an der Zahl
Sie war‘n genau wie ihr, sie war‘n wie alle Kinder eben
Im Haus in Izieu hoch überm Rhonetal
Estaban llenos de curiosidad, estaban llenos de vida.
Los niños, y eran en número cuarenta y cuatro
Eran como tú, eran como todos los niños
En la casa de Izieu en lo alto del valle del Ródano
Acorralado mientras huía de los alemanes.
Y detrás de cada nombre hay un amargo sufrimiento
Todos se quedan solos en el mundo.
Apoyándose uno contra el otro en este tiempo asesino
En el año cuarenta y cuatro, la época de los esbirros laboriosos
El espía y captor ordenó la persecución
Nadie los encontrará aquí, aquí arriba en las montañas.
Los hijos de Izieu, aquí en el fin del mundo
José, que sabe pintar: paisajes con caballos
Théodore llevando forraje a las gallinas y vacas
Liliane, que escribe tan bellamente, algún día debería convertirse en poeta
El pequeño Raoul cantando todo el día
Y Elie, Sami, Max y Sarah, como se llaman todos:
Cada quien tiene su don, su talento, su parte
Cada uno es un regalo y ninguno les será arrebatado.
A quienes guardan y aman, cada uno a su manera
Pero durante mucho tiempo ha habido una corazonada desagradable sobre cada juego.
El miedo al descubrimiento sobre cada nuevo día
Y detrás de cada risa suena la oscura admonición
Que cada coche que viene puede traer la perdición
Llegaron en la mañana del Jueves Santo
Soldados con abrigos largos y hombres vestidos de civil.
Un día soleado, se llevaron a todos, a todos con ellos
Camiones encontrados y no nombraron un destino
Algunos, en su desesperación, comenzaron a cantar
Algunos rezaron, otros permanecieron en silencio.
Algunos lloraron y todos, todos se fueron
El mismo camino a su martirio
La crónica muestra con precisión las listas de nombres
El número del vagón y a qué tren estaba conectado.
El número del transporte que los trajo al campamento.
La crónica muestra que ninguno escapó a los asesinos
Hoy escucho que deberíamos poner esto en la historia
Y tiene que llegar a su fin, finalmente, después de todos estos años
Hablaré y cantaré y si tengo que hacerlo, gritaré
Para que nuestros hijos puedan saber quiénes fueron:
El mayor tenía diecisiete años y el menor cuatro.
Guiado desde la rampa en Birkenau a las cámaras de gas.
Los veré y los guardaré toda mi vida.
Sus nombres grabados en mi alma
Estaban llenos de curiosidad, estaban llenos de vida.
Los niños, y eran en número cuarenta y cuatro
Eran como tú, eran como todos los niños
En la casa de Izieu en lo alto del valle del Ródano
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