The Emperor In His War Room - Van Der Graaf Generator

I. THE EMPEROR

Standing in the space that holds the silent lace of night

away from you

You think that you can hold the searing, moulten gold between

your fingers …

But it slips through, tearing tendons as it goes,

Exposing the white of a knuckle …

Flesh-and-metal forming letters in the mould.

Cradling you gun, after choosing the ones you think should die-

Lying on the hill … crawling over the windowsill into your

living-room

They stare out, glass-eyed aimless heads,

Bodies torn by vultures.

You are the man whose hands are rank with the smell of death.

Saviour of the Fallen, Protector of the Weak,

Friend of the Tall Ones, Keeper of the Peace …

Ah, but it is the only way you know …

Looking out to sea, a flattened plane of weeds which bear no living

You crush life in your fist as your heart is kissed by the lips

of death

Ghosts betray you, ghosts betray you, in the night they steal your eye

From it’s socket …

And the ball hangs fallen on your cheek.

Complaining tongues are stilled;

a thousand mouths are filled

with rusting metal.

Your face a shade of green;

somehow you try to speak through all the

garbage in your mouth

But it won’t come out, and you cannot frame the words

As your stepson

Throws your fame into the flames and you are burned.

Saviour of the Fallen, Protector of the Weak,

Friend of the Tall Ones, Keeper of the Peace.

Ah, but it is the only way you know …

Ii.

THE ROOM

Live by sword and you shall die so,

All your power shall come to nought,

Every life you take is part of your own,

Death, not power, is what you’ve bought.

Cringing in your room as the outriders of doom step

on your threshold;

Begging for your life as the impartial knife sinks in your

screaming flesh …

Without malice, merely taking murder’s toll,

You must pay the price of hate, and that price is your soul …

Live in peace or die forever in your war-room.

I. EL EMPERADOR

De pie en el espacio que contiene el cordón silencioso de la noche

lejos de ti

Crees que puedes sostener el abrasador oro fundido entre

tus dedos …

Pero se desliza, desgarrando los tendones a medida que avanza,

Exponiendo el blanco de un nudillo...

Carne y metal formando letras en el molde.

Acunando tu arma, después de elegir los que crees que deberían morir-

Acostado en la colina... arrastrándose sobre el alféizar de la ventana hacia su

sala

Miran hacia afuera, cabezas sin rumbo con ojos de vidrio,

Cuerpos desgarrados por buitres.

Eres el hombre cuyas manos huelen a olor a muerte.

Salvador de los Caídos, Protector de los Débiles,

Amigo de los Altos, Guardián de la Paz...

Ah, pero es la única manera que sabes...

Mirando hacia el mar, un plano plano de malezas que no dan vida

Aplastas la vida en tu puño mientras tu corazón es besado por los labios

de la muerte

Los fantasmas te traicionan, los fantasmas te traicionan, en la noche te roban el ojo

Desde su enchufe...

Y la pelota cuelga caída en tu mejilla.

Las lenguas quejumbrosas se aquietan;

se llenan mil bocas

con metal oxidado.

Tu cara de un tono verde;

de alguna manera tratas de hablar a través de todos los

basura en tu boca

Pero no sale, y no puedes enmarcar las palabras

como tu hijastro

Arroja tu fama a las llamas y te quemas.

Salvador de los Caídos, Protector de los Débiles,

Amigo de los Altos, Guardián de la Paz.

Ah, pero es la única manera que sabes...

Yo.

EL CUARTO

Vive a espada y así morirás,

Todo tu poder se desvanecerá,

Cada vida que tomas es parte de la tuya,

La muerte, no el poder, es lo que has comprado.

Acurrucándose en tu habitación mientras los escoltas del paso de la perdición

en tu umbral;

Rogando por tu vida mientras el cuchillo imparcial se hunde en tu

carne que grita…

Sin malicia, simplemente tomando el peaje del asesinato,

Debes pagar el precio del odio, y ese precio es tu alma...

Vive en paz o muere para siempre en tu cuarto de guerra.