Blood Vaults (II - Our Despots Cleanse The Levant) - The Ruins Of Beverast

Our bluster and catapults shatter the holy Holy Lands

Blessed with a warm psalm of apostolic propaganda

That captures our hearts

Between insurmountable city walls and sanctified sodomy

Outremer… Four flags are flown without a triumph!

As we forfeited our North to some cryptic enemies

Reinterpret now the sermon to attack dispensable allies

Let o thy imperial command be a battle cry to the occident

Suspicious we are, yet so spiritually armed

O dreadful bereavement!

This carnage in your honour, and against an impure Palestine…

Under siege… Bless your blood, Franconian cannibals!

Catholic conqueroar ascends in Latin harbours

Old manoeuvres now misled and undermined

An eye for an eye

Feast upon heretical gore and orthodox cannon fodder

Crusaders… Raise the Golden Horn to the conflagration ahead!

O majestic ironhand of doom

Have you received our immolation?

Let our deeds bequeath a martial dogma to our descendants:

Our despots cleansed the Levant!

Nuestras fanfarronadas y catapultas destrozan la santa Tierra Santa

Bendecido con un cálido salmo de propaganda apostólica

Que captura nuestros corazones

Entre murallas infranqueables y sodomía santificada

Outremer… ¡Cuatro banderas ondean sin triunfo!

Mientras perdimos nuestro Norte a algunos enemigos crípticos

Reinterpretar ahora el sermón para atacar a los aliados prescindibles

Que tu mando imperial sea un grito de guerra para occidente

Somos sospechosos, pero tan espiritualmente armados

¡Oh terrible duelo!

Esta carnicería en tu honor y contra una Palestina impura...

Bajo asedio... ¡Bendita vuestra sangre, caníbales de Franconia!

Conquistador católico asciende en puertos latinos

Viejas maniobras ahora engañadas y socavadas

Ojo por ojo

Deléitese con sangre herética y carne de cañón ortodoxa

Cruzados... ¡Levanten el Cuerno de Oro a la conflagración que se avecina!

Oh majestuosa mano de hierro de la perdición

¿Has recibido nuestra inmolación?

Dejemos que nuestras obras leguen un dogma marcial a nuestros descendientes:

¡Nuestros déspotas limpiaron el Levante!