The Fall - The Protomen

Joe kicked the motorcycle’s engine back to life.

He spun the bike and raced

towards the city.

Passing under the cold glow of screen after menacing screen.

Reports coming in of an incident in the outer rim.

Reports of an armed

assailant.

Reports of a growing threat to public safety

Climb, climb

Joe tore through the streets.

A missile aimed at the metal spire towering above

the city.

The great steel arm holding a torch of fear.

The main telescreen was

designed to be visible from almost anywhere in the city.

The destruction of

that screen would be felt by every man and every woman in the city.

He thought of the children.

How, for the first time, they would know a world

without that screen.

Without the constant, mind-numbing barrage of

misinformation.

Silence.

Had he ever encountered silence?

Soon

Climb to the top of the world

The street was ending.

Joe revved the engine.

No hesitation.

No fear.

The motorcycle bounded over the curb, launched off the steps in front of the

tower, and landed jarringly upon the hard, slick marble of the plaza.

Losing traction, the tires skidded out ahead of the heavy iron frame.

The bike pitched.

Joe kicked hard against the bike.

Inertia kept him glued to

it.

He rolled over on to his stomach and clawed frantically at the smooth

marble, trying to slow himself

And as you stand tall, you will see…

The bike would not be slowed.

It slid rapidly toward the main entrance.

The steel doors secured tightly for the evening.

The wheels caught on the

final few steps leading up to the doors.

The bike spun upright and left the

marble floor.

600 pounds of iron and chrome roared, end over end,

towards the entrance, crashed into the steel doors, and exploded.

Joe’s momentum halted just inches from the steps.

Sirens erupted around him

That when you fall…

He pushed himself to his feet and ran towards the flames.

Hurdling the mangled

carcass of the bike, he entered the tower lobby and headed for the stairs.

Flight after flight, Joe took two and three steps at a time.

His chest nearly

collapsed under the strain.

His legs never hesitated.

Finally, he reached the

door leading to the roof.

Joe kicked hard and stepped into the cool night air.

He had to act quickly.

He threw his bag down next to the transmitter.

Reaching inside, he wrapped his hands around the detonator.

Holding it tightly,

he turned and started back to the stairs

You will fall from a height

Most men will never reach

He’d taken three long strides when the explosion ripped his feet from the

tarred roof.

Joe didn’t hear the explosion.

The shock wave of the blast knocked

him unconscious instantaneously

Light had nearly reached the plaza.

He watched as the flames erupted from the

top of the shimmering tower, setting aglow the clouds above.

Among the debris

cast off the bulding by the explosion, he spotted what could only be a human

body, twisting lifelessly as it plummeted towards the earth.

Light held onto

the hope that the falling body was not the one he feared it must be.

As it approached the ground, Light’s fears were confirmed as he made out the

glare of the flames above reflected in a scarred blast shield.

He watched as

Joe’s body landed with a dull thump upon the small patch of grass in a

courtyard on the south side of the building

By the time Light had reached the boy’s body, a crowd had gathered.

As he stood in the center of the circle of onlookers, another explosion

rattled the ground.

Then another.

And another.

In the distance he could see,

one by one, the telescreens splintering and erupting into flames

Joe le dio una patada al motor de la motocicleta para que volviera a la vida.

Hizo girar la bicicleta y corrió

hacia la ciudad.

Pasando bajo el frío brillo de pantalla tras pantalla amenazante.

Llegan informes de un incidente en el borde exterior.

Informes de un armado

agresor.

Informes de una amenaza creciente para la seguridad pública

Sube, sube

Joe corría por las calles.

Un misil dirigido a la torre de metal que se eleva por encima

la ciudad.

El gran brazo de acero que sostiene una antorcha de miedo.

La telepantalla principal estaba

diseñado para ser visible desde casi cualquier lugar de la ciudad.

la destrucción de

esa pantalla la sentirían todos los hombres y todas las mujeres de la ciudad.

Pensó en los niños.

Cómo, por primera vez, conocerían un mundo

sin esa pantalla.

Sin el bombardeo constante y aturdidor de

desinformación.

Silencio.

¿Se había encontrado alguna vez con el silencio?

Pronto

Sube a la cima del mundo

La calle se acababa.

Joe aceleró el motor.

Sin dudarlo.

Sin miedo.

La motocicleta saltó sobre la acera, salió disparada de los escalones frente al

torre, y aterrizó discordantemente sobre el duro y resbaladizo mármol de la plaza.

Al perder tracción, los neumáticos patinaron delante del pesado marco de hierro.

La bicicleta se inclinó.

Joe pateó fuerte contra la bicicleta.

La inercia lo mantuvo pegado a

eso.

Rodó sobre su estómago y arañó frenéticamente el suave

mármol, tratando de ralentizarse

Y mientras te pones de pie, verás...

La bicicleta no sería ralentizada.

Se deslizó rápidamente hacia la entrada principal.

Las puertas de acero bien cerradas para la noche.

Las ruedas se engancharon en el

últimos pasos que conducen a las puertas.

La bicicleta giró verticalmente y salió del

Piso de mármol.

600 libras de hierro y cromo rugieron, de punta a punta,

hacia la entrada, se estrelló contra las puertas de acero y explotó.

El impulso de Joe se detuvo a pocos centímetros de los escalones.

Las sirenas estallaron a su alrededor.

Que cuando te caes...

Se puso de pie y corrió hacia las llamas.

Obstáculos a los destrozados

cuerpo de la bicicleta, entró en el vestíbulo de la torre y se dirigió a las escaleras.

Vuelo tras vuelo, Joe dio dos y tres pasos a la vez.

Su pecho casi

se derrumbó bajo la tensión.

Sus piernas nunca dudaron.

Finalmente, llegó a la

puerta que conduce al techo.

Joe pateó con fuerza y ​​salió al aire fresco de la noche.

Tenía que actuar rápidamente.

Arrojó su bolso al lado del transmisor.

Alcanzando adentro, envolvió sus manos alrededor del detonador.

Sujetándolo con fuerza,

se dio la vuelta y emprendió el regreso a las escaleras

Caerás desde una altura

La mayoría de los hombres nunca alcanzarán

Había dado tres zancadas largas cuando la explosión le arrancó los pies del suelo.

techo alquitranado.

Joe no escuchó la explosión.

La onda expansiva de la explosión golpeó

él inconsciente instantáneamente

La luz casi había llegado a la plaza.

Observó cómo las llamas brotaban del

cima de la torre resplandeciente, iluminando las nubes arriba.

entre los escombros

desechado el edificio por la explosión, vio lo que solo podía ser un ser humano

cuerpo, retorciéndose sin vida mientras caía en picado hacia la tierra.

La luz se aferró

la esperanza de que el cuerpo que caía no fuera el que temía que fuera.

A medida que se acercaba al suelo, los temores de Light se confirmaron cuando distinguió el

el resplandor de las llamas de arriba se reflejaba en un escudo antiexplosión cicatrizado.

El vio como

El cuerpo de Joe aterrizó con un golpe sordo sobre el pequeño trozo de hierba en un

patio en el lado sur del edificio

Para cuando Light llegó al cuerpo del niño, se había reunido una multitud.

Mientras estaba de pie en el centro del círculo de espectadores, otra explosión

sacudió el suelo.

Luego otro.

Y otro.

A lo lejos podía ver,

una a una, las telepantallas se astillaron y estallaron en llamas