The Foul Eucharist - Nekroí Theoí

The innate instinct of God is to consume

All He creates

All He speaks into existence with His fetid breath

Is to die and be devoured by soil

The dead are consumed

Excreted to feed the mangled pelt of the earth

And consumed again

In this endless cycle of death

Adulation is extorted

Praises are bled

From the ever-crackling throats of a wheezing proletariat

God ingests and creates in substitution

All substitution degrading

Ingested once more

Our beautiful, serpentine god rests

Coiled atop the universe

Ouroboros of shit

Crying out and striking as the infant does

Crying and striking

As the Holy Petulant Infant does

Blessed are we, His children

Inasmuch as the young crocodile is blessed to be the sustenance of its mother

We, given in baptism to His holy saliva

We, purified within His divine gut

We, reborn, crawling from the profane yolk of His ebullient feces

May the exalted stench of His afterbirth guide us into each others' arms

As we cower beneath His ever-flowing tears

Of Rage

And Sulfur

And Sewage

O' Lord, all powerful and bankrupt of shame

Whip our backs and take us into Your frail arms

To chew our weeping faces

To pass us back into the sour soil

Again and again

Forever

There was only ever one design: Suffering

El instinto innato de Dios es consumir

Todo lo que Él crea

Todo lo que Él habla a la existencia con Su aliento fétido

es morir y ser devorado por la tierra

Los muertos son consumidos

Excretado para alimentar la piel destrozada de la tierra

Y consumido de nuevo

En este ciclo sin fin de la muerte

La adulación es extorsionada

Las alabanzas son sangradas

De las gargantas siempre crepitantes de un proletariado jadeante

Dios ingiere y crea en sustitución

Toda sustitución degradante

Ingerido una vez más

Nuestro hermoso y serpentino dios descansa

Enrollado en la cima del universo

Ouroboros de mierda

Llorando y golpeando como lo hace el bebé

Llorando y golpeando

Como lo hace el Santo Infante Petulante

Benditos somos sus hijos

Por cuanto el cocodrilo joven es bendecido para ser el sustento de su madre

Nosotros, entregados en el bautismo a su santa saliva

Nosotros, purificados dentro de Su tripa divina

Nosotros, renacidos, arrastrándonos de la yema profana de Sus heces exuberantes

Que el hedor exaltado de Su placenta nos guíe a los brazos del otro.

Mientras nos acobardamos bajo Sus lágrimas que siempre fluyen

de rabia

y azufre

y aguas residuales

Oh Señor, todopoderoso y arruinado de la vergüenza

Azota nuestras espaldas y llévanos a tus frágiles brazos

Para masticar nuestras caras llorosas

Para pasarnos de vuelta al suelo agrio

Una y otra vez

Para siempre

Solo hubo un diseño: Sufrimiento