Rise of the Empress - White Empress

It might have looked like smoke to those who hadn’t been There but it was stea

Steam rising from the still wet wounds of the fallen Scattered across the fields

It mingled with the collecting dew and filled the air with A rank pungent aroma

The smell of a new era.

The warrior stirred managed to get to his knees and then Pushing with an iron

hand on the dank ground to his feet His eyes scanned the scores of dead

searching for his Weapon

A smile crept across his face.

Strong victorious he strode to the edge of the wood

All along the treeline first one here then one there a new Member of the new

race emerged

They nodded to each other knowing this was the dawn they’d Waited for

The marriage of man and machine had birthed them into a Future where they held

within them all the capacities of Both.

Against the rising sun a silhouette loomed and he knelt at Her feet

He turned his face up and swallowed his knee-jerk revulsion To her monstrous

flesh.

Aluminum coils laced through her skin held her form Together here and there the

sacrifice she had coldly made To achieve majesty

All color had left her except for the Dried clots of blood Which clung

insistently to the holes Left by the stoic Stitching begging her to remember a

humanity she had Marshaled a mortality she’d eschewed

The ink pools of her eyes surveyed her subjects as one by One they bowed before

her.

Her glittering irises assessed

Them counted them dismissed them

What she’d done had been for the cause not them

If they proved loyal they might live to see the third moon

If not only the warrior would be spared.

Wiping the last of the battle sweat from her lips she took His weapon and

knighted him the first the last the best Into the reign of the white empress.

Podría haber parecido humo para aquellos que no habían estado allí, pero era vapor.

Vapor saliendo de las heridas aún húmedas de los caídos Esparcidos por los campos

Se mezcló con el rocío que se acumulaba y llenó el aire con un aroma acre de rango A.

El olor de una nueva era.

El guerrero se revolvió logró ponerse de rodillas y luego empujando con un hierro

mano en el suelo hmedo a sus pies Sus ojos escanearon las decenas de muertos

buscando su arma

Una sonrisa se deslizó por su rostro.

Fuerte victorioso, caminó hasta el borde del bosque.

A lo largo de la línea de árboles, primero uno aquí, luego uno allá, un nuevo miembro del nuevo

carrera surgida

Se saludaron con la cabeza sabiendo que este era el amanecer que habían esperado.

El matrimonio del hombre y la máquina les había dado a luz en un futuro en el que tenían

dentro de ellos todas las capacidades de Ambos.

Contra el sol naciente apareció una silueta y él se arrodilló a sus pies

Volvió la cara hacia arriba y se tragó su repugnancia instintiva hacia su monstruosa

carne.

Las bobinas de aluminio atadas a través de su piel mantuvieron su forma. Juntos aquí y allá, el

sacrificio que había hecho con frialdad para alcanzar la majestad

Todo el color la había dejado a excepción de los coágulos secos de sangre que se aferraban

insistentemente a los agujeros dejados por la estoica Costura rogándole que recordara un

humanidad a la que había dirigido una mortalidad que había evitado

Los charcos de tinta de sus ojos inspeccionaron a sus sujetos mientras uno por uno se inclinaban ante

ella.

Sus brillantes iris evaluados

Los contaron los despidieron

Lo que había hecho había sido por la causa, no por ellos.

Si demostraron ser leales, podrían vivir para ver la tercera luna.

Si no solo el guerrero se salvaría.

Limpiándose lo último del sudor de la batalla de sus labios, tomó Su arma y

lo nombró caballero el primero el último el mejor en el reinado de la emperatriz blanca.