The Well Of Might - Suidakra

So the days went by

And only the wind and the rain

Were my companions

A lot of stones laid on my path

To the palace of snow

And the king of fire…

Majestic hights with flaming banners

So giantly the king seemed to be forever lost

A chilling audience for a man of noone

Kneel to the king and his endless melting throne

Under his crown a million creatures crawled

A twisted tongue for a gesture of kindness

Each glimpse made them turn to stone

Their eyes like snow long for blindness

…so long in blindness

For there is no way to change their chosen lot

No chain of steel could bind them more

My well of might is your well of sorrow

Give me your sight and leave behind tomorrow

My son, he said, it’s better to reign in hell

(Live's a path of sorrow)

Than to serve in heaven

Woe betide him and his bleak eyes

Words of truth from a head full of lies

So my quest took me onward to a brighter way

I wouldn’t rest here for frozen tears nor melting fears

Así fueron pasando los días

Y solo el viento y la lluvia

eran mis compañeros

Muchas piedras puestas en mi camino

Al palacio de la nieve

Y el rey del fuego...

Alturas majestuosas con estandartes en llamas

Tan gigante que el rey parecía estar perdido para siempre

Una audiencia escalofriante para un hombre de nadie

Arrodíllate ante el rey y su interminable trono que se derrite

Bajo su corona se arrastraban un millón de criaturas

Una lengua torcida por un gesto de bondad

Cada vistazo los hizo convertirse en piedra

Sus ojos como nieve anhelan la ceguera

... tanto tiempo en la ceguera

Porque no hay manera de cambiar su lote elegido

Ninguna cadena de acero podría unirlos más

Mi pozo de poder es tu pozo de dolor

Dame tu vista y deja atrás el mañana

Hijo mío, dijo, es mejor reinar en el infierno

(Vivir es un camino de dolor)

Que servir en el cielo

¡Ay de él y de sus ojos sombríos!

Palabras de verdad de una cabeza llena de mentiras

Así que mi búsqueda me llevó hacia adelante a un camino más brillante

No descansaría aquí por lágrimas congeladas ni miedos que se derriten