A Tale Of Apes 2 - Subtle

He breaks the blackened window again

You’re peering through the barred and blackened end of a once and former window

There’s two gorillas in a hardly furnished basement

Rushing a hit for the phone number folks.

One’s on the horn with the famous,

begging for hooks the other’s

The other’s

Copying more self from a blank, with a buckknife onto an empty bureau’s back

beside them sits a rather cool sculpture of a hard bucket of blood.

Above that hangs a black and white photo of Einstein growing frustrated over a

sink full of dirty dishes.

The floor is littered with neatly traced hands,

shown in soft focus through the beautiful sludge of a couple hundred broke

open eggs.

A gorgeous spreading pile of tired little suns.

To the far left of the cell, rest the shells by a door, cleanly cut,

neatly stowed, side by side.

Each end set completely in its opposite half,

in its particular pit, in its original crate.

Note: none of these three good-life dioramas are ever touching in apartment bay

And from the looks of this place, it seems as though they’d had a visitor.

The ghost of landlords present and records past no doubt.

He told them that

because they were young, escape would eat them alive, but that they would be

able to sing, until they were no longer able to sing.

That is of course on one

condition: That they should still threaten for success at its secret and they

somehow knew whatever exactly all that had meant.

Then with a rip of a check at

the neck he crept back through the mouth of the phone and was gone

Vuelve a romper la ventana ennegrecida

Estás mirando a través del extremo enrejado y ennegrecido de una ventana antigua

Hay dos gorilas en un sótano apenas amueblado

Corriendo un golpe para la gente del número de teléfono.

Uno está en la bocina con los famosos,

mendigando ganchos del otro

Los demás

Copiando más yo de un espacio en blanco, con una navaja en la parte posterior de una oficina vacía

junto a ellos se encuentra una escultura bastante fría de un duro cubo de sangre.

Encima cuelga una foto en blanco y negro de Einstein cada vez más frustrado por un

fregadero lleno de platos sucios.

El suelo está lleno de manos cuidadosamente trazadas,

se muestra en un enfoque suave a través del hermoso lodo de un par de cientos quebrados

huevos abiertos.

Una hermosa pila extendida de pequeños soles cansados.

En el extremo izquierdo de la celda, descanse las conchas junto a una puerta, limpiamente cortadas,

cuidadosamente guardados, uno al lado del otro.

Cada extremo colocado completamente en su mitad opuesta,

en su foso particular, en su cajón original.

Nota: ninguno de estos tres dioramas de la buena vida se tocan en la bahía de apartamentos

Y por el aspecto de este lugar, parece como si hubieran tenido un visitante.

El fantasma de los propietarios presentes y registros sin duda.

les dijo que

porque eran jóvenes, escapar se los comería vivos, pero que serían

poder cantar, hasta que ya no pudieron cantar.

Eso es por supuesto en uno

condición: Que todavía deberían amenazar con tener éxito en su secreto y que

de algún modo sabía exactamente lo que había significado todo eso.

Luego, con un rasgadura de un cheque en

el cuello se deslizó hacia atrás a través de la boca del teléfono y se fue