Die Suessesten Fruechte - Peter Alexander

Frau Enterich weihte im grnenden Rain

ihr Jngstes in alle Geheimnisse ein.

Sie sagte «Das Schnste zu Fressen, das unsereins hat,

das ist der Salat.»

Das Entelein lauschte und staunte gar sehr,

es blinzelte frech in der Gegend umher,

da sah es die sesten, herrlichsten Kirschen am Baum.

«Mama, pflck sie fr mich!»,

so bat es klglich.

«Mein Kind», sagt die Mama, «das ist unmglich»

Die sesten Frchte fressen nur die groen Tiere,

nur weil die Bume hoch sind, und diese Tiere gro sind.

Die sesten Frchte schmecken dir und mir genauso,

doch weil wir beide klein sind erreichen wir sie nie.

Das Entelein weinte und klagte gar sehr,

es trug sein gegebenes Schicksal nur schwer.

Doch als es dann gro war

da ging es mit einem Gercht vors hohe Gericht.

Die Groen, so sagte es, fren ganz keck

den kleinen die Kirschen und sonstiges weg.

Sie alle beanspruchten darin das nmliche Recht.

«Was sind das», sprach die Maus, «fr dumme Faxen?»

Die Kleinen mssten dann doch erst mal wachsen.

Die sesten Frchte…

Die Welt ist rund und wieґs scheint so gelenkt,

da Enten und Musen das Leben nichts schenkt.

Sie tragen ihr Schicksal nach altem und tierischen Brauch

wie andere auch.

Die Groen die sind ja am Anfang auch klein,

und wenn sie dann wachsen, dann ist es gemein,

doch wenn es auch rgert, die Kleinen die ndern das nicht.

Solang die hohen Bume Frchte bringen,

solange werden alle Kleinen singen.

Die sesten Frchte…

Frau Enterich consagrada bajo la lluvia verde

su más joven en todos los misterios.

Ella dijo: "La comida más hermosa que uno de nosotros tiene,

esa es la ensalada".

El patito escuchó y se asombró.

parpadeó descaradamente alrededor,

allí vio las cerezas más dulces y hermosas del árbol.

"¡Mamá, escógelos para mí!",

así que preguntó miserablemente.

"Hijo mío", dice mamá, "eso es imposible"

Sólo los grandes animales comen los frutos más dulces,

solo porque los árboles son altos y estos animales son grandes.

Las frutas más dulces saben igual para ti y para mí,

pero como ambos somos pequeños nunca la alcanzamos.

El patito lloraba y se lamentaba mucho,

soportó su destino dado solo en gran medida.

Pero cuando era grande

ahí fue con un rumor ante el alto tribunal.

Los grandes, decía, son muy descarados

los pequeños apartan las cerezas y otras cosas.

Todos reclamaban el mismo derecho sobre ella.

"¿Qué son esos", dijo el ratón, "para balbuceos estúpidos?"

Los pequeños tendrían que crecer primero.

Las frutas más dulces...

El mundo es redondo y como parece tan dirigido,

porque la vida no da nada a patos y musas.

Llevan su destino según la costumbre antigua y animal.

como otros.

Los grandes también son pequeños al principio,

y cuando crecen, entonces es malo,

pero aunque moleste, los pequeños no cambian eso.

Mientras los árboles altos dan fruto,

hasta entonces todos los pequeños cantarán.

Las frutas más dulces...