Behold The Frigid Realm Of Div - Knights of the Abyss

Frozen in time beneath the land we walk

In a far distant realm the sins of man are locked

Held by the judgment of demons for their evil father to bask

Down the concentric spiral this wretched path does wind

To an abyssal trench where hatred embodies does lie

The ultimate betrayer and bringer of the plague, banished to dwell eternally

here

Hail the prince of this different world

For he banishes the killers and beasts of this land

Justice will be served to the sins deep withheld

In eternal battle at dark rules demand

A relentless parasitic cyst;

your disease infecting our mother’s womb

Your life now lacking it’s worth shall be locked in an eternal tomb

Sinners, you surely must gather and bid your souls farewell

To be banished and enslaved in the torments of hell

Face the judgment for which you will die

A lifetime of sins indelible in time

Forced to dwell in infinite hell, thrown to damnation for the desire to kill

Congelado en el tiempo bajo la tierra que caminamos

En un reino muy lejano los pecados del hombre están encerrados

Retenido por el juicio de los demonios para que su malvado padre tome el sol

Por la espiral concéntrica este miserable camino serpentea

A una trinchera abisal donde el odio encarna sí miente

El último traidor y portador de la plaga, desterrado para morar eternamente

aquí

Salve al príncipe de este mundo diferente

Porque él destierra a los asesinos y a las bestias de esta tierra

Se hará justicia a los pecados profundamente retenidos

En la eterna batalla en la oscuridad, las reglas exigen

Un quiste parasitario implacable;

tu enfermedad infectando el vientre de nuestra madre

Tu vida ahora sin valor será encerrada en una tumba eterna

Pecadores, seguramente deben reunirse y despedirse de sus almas

Ser desterrado y esclavizado en los tormentos del infierno

Enfrenta el juicio por el cual morirás

Una vida de pecados imborrables en el tiempo

Obligado a morar en el infierno infinito, arrojado a la condenación por el deseo de matar