Curse of Might - Kingston Falls

Would you believe the prophet who comes in the name of change?

Hell-bent and deranged, your logic is estranged

The Burning Legion threatens peace

Who do you trust?

Who do you believe?

When granted zero reprieve, what would you achieve?

A zeitgeist pertinent to you

Your generation’s pop vernacular becomes so spectacular

And keeps you coming back to her for protection no matter the cost

Temporarily suspending hate, imminent truce to relate, a blending of traits

Convince the entire Horde and penetrate hearts of the Alliance

No more self reliance.

United in defiance!

If we must fight, we need every fist to strike

We need the gentle cover of night to win

If we must breathe, we need every heart to bleed

To inoculate disease and let new life begin

Name your God.

Don’t be ashamed

After all, you lived this way

The beast of the free dispenses his decree: «Women and children first!»

They rotted into earth.

Everyone would die.

The glory of war a lie

Screams then turned to moans, broken burning bones

Erie calm of death marked by pungent stench

¿Le creerías al profeta que viene en nombre del cambio?

Empeñado y trastornado, tu lógica está extrañada

La Legión Ardiente amenaza la paz

¿En quién confías?

¿A quién crees?

Cuando se le otorgue cero indulto, ¿qué lograría?

Un espíritu de la época pertinente para usted

El pop vernáculo de tu generación se vuelve tan espectacular

Y te hace volver a ella en busca de protección sin importar el costo

Suspensión temporal del odio, tregua inminente para relacionarse, una mezcla de rasgos

Convence a toda la Horda y penetra en los corazones de la Alianza.

No más autosuficiencia.

¡Unidos en desafío!

Si debemos luchar, necesitamos todos los puños para golpear

Necesitamos la suave cubierta de la noche para ganar

Si debemos respirar, necesitamos que todos los corazones sangren

Para inocular la enfermedad y dejar que comience una nueva vida

Nombra a tu Dios.

no te avergüences

Después de todo, viviste de esta manera.

La bestia de la libertad dispensa su decreto: «¡Mujeres y niños primero!»

Se pudrieron en la tierra.

Todos morirían.

La gloria de la guerra una mentira

Los gritos luego se convirtieron en gemidos, huesos quemados rotos

Erie calma de la muerte marcada por un hedor acre