The Womb - Horrendous

The darkness beckons, seductive creature and I awaken from slumber

Enslaved by this addiction under winter’s darkest moon

Thrust outside into the cold by an insatiable craving

And I head north into the woods, as I invite the chills:

«Take control, sweet caress»

I want to taste the dark, to feed on its chaos

Across paths drenched in snow, navigating the decrepit labyrinth

Clawed by thorns, I brave the blizzard in search of the archetype

Trees tremble, choked in ice, shadows dance in mournful jubilee

I reach the passing and out of the brush emerges the goat, our gazes meet

And I fill with twisted prophecy, I collapse in sickness

The cold is asphyxiating, the wretched trees whisper eulogies

Between my final breaths, the goat whispered into my ear: «Chaos shall prevail»

Perhaps I will return someday, born from the womb of winter

In a mockery of the son, the sweetest blasphemy

As the chills traverse my spine, serpentine sensation, the sky is but an

infinite void

The cold is so vast, it permeates all, infinite in power

It cradles me like a child and keeps watch like a shepherd

Stay with me, oh dismal angel, until the darkness comes

La oscuridad llama, criatura seductora y me despierto del sueño.

Esclavizado por esta adicción bajo la luna más oscura del invierno

Empujado afuera al frío por un deseo insaciable

Y me dirijo al norte hacia el bosque, mientras invito a los escalofríos:

«Toma el control, dulce caricia»

Quiero saborear la oscuridad, alimentarme de su caos

A través de caminos empapados de nieve, navegando por el laberinto decrépito

Arañado por espinas, me enfrento a la ventisca en busca del arquetipo

Los árboles tiemblan, ahogados en hielo, las sombras bailan en jubileo lúgubre

Alcanzo el paso y de la maleza emerge la cabra, nuestras miradas se cruzan

Y me lleno de profecía torcida, me derrumbo en la enfermedad

El frío es asfixiante, los árboles miserables susurran elogios

Entre mis últimos suspiros, la cabra me susurró al oído: «El caos prevalecerá»

Tal vez regrese algún día, nacida del vientre del invierno

En una burla del hijo, la blasfemia más dulce

Mientras los escalofríos recorren mi columna vertebral, sensación serpentina, el cielo no es más que un

vacío infinito

El frío es tan vasto, lo impregna todo, infinito en poder

Me acuna como a un niño y vela como un pastor

Quédate conmigo, oh ángel lúgubre, hasta que llegue la oscuridad