Talmidim (The Servants) - For Today

Lord of glory, make us worthy to possess your name.

Lord of glory,

make us worthy to possess your name.

And give us a new name.

And call us your people, God.

And give us a new name.

— «I will give you a new heart and put a new spirit in you;

I will remove from you your heart of stone and give you a heart of flesh.

And I will put my Spirit in you and move you to follow my decrees and be

careful to keep my laws.

You will live in the land I gave to your forefathers;

you will be my people and

I will be your God.»

Lord of glory, make us worthy to possess your name.

Lord of glory, make us worthy to possess your name.

And give us a new name.

And call us your people, God.

And give us a new name.

And through all of this, there is nothing, absolutely nothing, no fear, no

insecurity, no doubt, no hesitation that will ever, ever stop us.

Because we

are the sons of the living God, because we are the children of the Almighty,

because we are the residents of the kingdom of heaven, and we are soldiers in

an army of the immortal.

And when we speak life, life happens, and when we

speak healing, healing happens, and when we speak truth, truth happens.

And

when we go take what we found to a dead world, we’ll see it come to life again,

and when we take what we found to a hopeless world, we’ll see hope come back.

We’ll see the heart of our world start beating again, and we’ll see the color

come back into people’s faces.

Absolutely nothing will ever stop that.

Mountains will move before us, and oceans will part before us, and the dead

will raise before us.

And the world will know that our God is the God that

heals, and our God is a God that lives, and our God is a God that loves, and

like anything that anyone has ever felt before, because we are fearless, and

because we are His hands, and because we are His feet.

Forever, and ever.

Lord of glory, make us worthy to possess your name.

Restoration is here.

Señor de la gloria, haznos dignos de poseer tu nombre.

Señor de la gloria,

haznos dignos de poseer tu nombre.

Y danos un nombre nuevo.

Y llámanos tu pueblo, Dios.

Y danos un nombre nuevo.

— «Os daré un corazón nuevo y pondré en vosotros un espíritu nuevo;

Quitaré de ti tu corazón de piedra y te daré un corazón de carne.

Y pondré mi Espíritu en vosotros y os moveré a seguir mis decretos y a ser

cuidado de guardar mis leyes.

Viviréis en la tierra que di a vuestros antepasados;

seréis mi pueblo y

Yo seré tu Dios.»

Señor de la gloria, haznos dignos de poseer tu nombre.

Señor de la gloria, haznos dignos de poseer tu nombre.

Y danos un nombre nuevo.

Y llámanos tu pueblo, Dios.

Y danos un nombre nuevo.

Y a través de todo esto, no hay nada, absolutamente nada, ni miedo, ni

inseguridad, sin duda, sin vacilación que nunca, nunca nos detendrá.

Porque nosotros

somos hijos del Dios viviente, porque somos hijos del Todopoderoso,

porque somos moradores del reino de los cielos, y somos soldados en

un ejército de inmortales.

Y cuando hablamos de vida, la vida sucede, y cuando hablamos

Hablamos de sanidad, la sanidad sucede, y cuando decimos la verdad, la verdad sucede.

Y

cuando vayamos a llevar lo que encontramos a un mundo muerto, lo veremos volver a la vida,

y cuando llevemos lo que encontramos a un mundo sin esperanza, veremos regresar la esperanza.

Veremos que el corazón de nuestro mundo empieza a latir de nuevo y veremos el color

volver a la cara de la gente.

Absolutamente nada detendrá eso.

Las montañas se moverán ante nosotros, y los océanos se dividirán ante nosotros, y los muertos

levantará delante de nosotros.

Y el mundo sabrá que nuestro Dios es el Dios que

sana, y nuestro Dios es un Dios que vive, y nuestro Dios es un Dios que ama, y

como cualquier cosa que alguien haya sentido antes, porque no tenemos miedo, y

porque somos sus manos, y porque somos sus pies.

Por los siglos de los siglos.

Señor de la gloria, haznos dignos de poseer tu nombre.

La restauración está aquí.