The Hit - Daughters

A white man, in a white suit, an a white horse rides into town off that dusty

ol' trail.

He rides into town, not just any town.

I’m talking d-e-a-de-n-d

With integrity and his heart on his sleeve.

He hopes they are going to buy what he believes.

He offers every fool and every friend.

That’s a population of one hundred and three.

A cure to their unchristian like ways.

With a simple process of «drawing out»

Through the hole in the top of the skull

Then a snip, a cut and a couple of knots tied off.

He offers to make them as good as new.

«Better than you’re used to»

Sadly.

The locals didn’t take kindly to this well intentioned man

They don’t want a hand out form him.

Instead, they take offense to a man coming into their town looking to tell

right from wrong.

That’s when the situation goes from bad to worse.

As they string him up at the town hall.

It appears our smart-ass should have kept along that dusty, lonely trail.

They tell him «The hands are the eyelids of the soul.»

Un hombre blanco, con un traje blanco, un caballo blanco cabalga hacia la ciudad desde ese polvoriento

viejo rastro.

Cabalga hasta la ciudad, no cualquier ciudad.

Estoy hablando d-e-a-de-n-d

Con integridad y el corazón en la manga.

Espera que vayan a comprar lo que él cree.

Ofrece a todos los tontos y a todos los amigos.

Esa es una población de ciento tres.

Una cura para sus formas anticristianas.

Con un sencillo proceso de «dibujar»

A través del agujero en la parte superior del cráneo

Luego un tijeretazo, un corte y un par de nudos atados.

Se ofrece a dejarlos como nuevos.

«Mejor de lo que estás acostumbrado»

Tristemente.

Los lugareños no tomaron amablemente a este hombre bien intencionado.

No quieren una mano de él.

En su lugar, se ofenden cuando un hombre llega a su ciudad para contarles

lo bueno de lo malo.

Ahí es cuando la situación va de mal en peor.

Mientras lo cuelgan en el ayuntamiento.

Parece que nuestro sabelotodo debería haber seguido ese sendero polvoriento y solitario.

Le dicen «Las manos son los párpados del alma».