Indulgence - Temptation 4 - Abigor

Lucifer!

Rebellious son, infernal one!

Tempt me!

Lead and ignite me!

No longer shall we be called servants

We testify and cast off these chains

Hesitation, sloth, incertitude

No longer shall we fall prey to these soothing whores

So let me rise

Thorns pierce and nails purge

Confiteor deo omnipotentis

Quia peccavi non satis

Flagellamus ad majorem diaboli gloriam

Struck with awe we shall ascend these high ranks

And shall be vigilant to the blasphemies of the divine

The devil’s wisdom is commended to the untiring

Who persistently perform exercises clandestine

Prudent are we as we celebrate the mysteries

Transform all abominations, free the body of all desires

Our lession shall be sacred medicine

Sermonizing we rejoice in the house of temptations

Freedom is no longer an illusionary whore

Celebrate his name, ye souls, waken

From your determined slumber of eons

We chain ourselves and serve with pride

We wallow in this earthly dirt

Our free will is perception

Our prayer is our fate

¡Lucifer!

¡Hijo rebelde, infernal!

¡Tientame!

¡Guíame y enciéndeme!

Ya no seremos llamados siervos

Testificamos y desechamos estas cadenas

Vacilación, pereza, incertidumbre

Ya no seremos presa de estas putas calmantes

Así que déjame levantarme

Las espinas perforan y las uñas purgan

Confíteor deo omnipotentis

Quia peccavi non satis

Flagellamus ad majorem diaboli gloriam

Impresionados por el asombro, ascenderemos a estos altos rangos

Y estará alerta a las blasfemias de la divina

La sabiduría del diablo es encomendada a los incansables

Quienes persistentemente realizan ejercicios clandestinos

Prudentes somos al celebrar los misterios

Transforma todas las abominaciones, libera el cuerpo de todos los deseos

Nuestra lesión será medicina sagrada

Sermoneando nos regocijamos en la casa de las tentaciones

La libertad ya no es una puta ilusoria

Celebrad su nombre, almas, despertad

De tu sueño determinado de eones

Nos encadenamos y servimos con orgullo

Nos revolcamos en esta tierra terrenal

Nuestro libre albedrío es percepción

Nuestra oración es nuestro destino