Behold, Thy King - A Wake in Providence

Numb have our senses become.

Ever since we’ve been sworn to this hell,

living without our dignity, the antichrist has risen, the orders have been

given

Behold, the king.

Bask in his might.

As the night grows longer, we’re doomed to

wander

To wander this plane of existence, withering alone, with no help or assistance

There’s nothing left for your soul, now let go and be one with him

Why can’t you see?

Things are different now.

Gaze upon your end

For we are damned, breathing the sulfuric air.

We followed the fallen,

through beautiful and toxic lands.

A disembodied presence, the gorgeous

burning star, a dark beacon in the light, the one true burning god

Spoken words of a mythos lost, translated to shit, meaningless and drowned in

piss.

Plague these beings, left to purge, left to lament.

Capture,

darken the entire world, to circumvent

Before there were eons of rulers, but now there can only be one.

Before their conglomerate, united under the blacked sun of death

We will forever bask in his glory.

Now bow your head to the Divine one.

We look upon the sun as we pray to the moon, to leave the light to be consumed

To consume

We live our lives in comfort, killing, pillaging.

It is unrelenting.

We accept the offering of death.

This the hand that is dealt, now just

sentence yourself

Break me free of my spirit.

Oh beloved savior, do what you must,

and send me to the fire.

I’ll learn to hate.

The burning of my desires

Bless these lands.

The air is oblivion, flowing rivers red, the cleansing

reflection of the dead

We are impure, a cataclysmic end.

The finite infinite

We are the damned, breathing the sulfuric air.

We followed the fallen,

through beautiful and toxic lands.

A disembodied presence, the gorgeous

morning star, a dark beacon in the light, the one true burning god

Numb have our senses become, ever since we’ve been sworn to this hell.

Living without our dignity, the antichrist has risen, the orders have been

given

Behold, the king, upon us

Entumecidos se han vuelto nuestros sentidos.

Desde que juramos ir a este infierno,

viviendo sin nuestra dignidad, el anticristo ha resucitado, las órdenes han sido

dado

He aquí, el rey.

Disfruta de su poder.

A medida que la noche se hace más larga, estamos condenados a

deambular

Vagar por este plano de existencia, marchitándose solo, sin ayuda ni asistencia

No queda nada para tu alma, ahora déjate llevar y sé uno con él

¿Por qué no puedes ver?

Las cosas son diferentes ahora.

Mirar tu final

Porque estamos condenados, respirando el aire sulfúrico.

Seguimos a los caídos,

por tierras hermosas y tóxicas.

Una presencia incorpórea, la hermosa

estrella ardiente, un faro oscuro en la luz, el único dios ardiente verdadero

Palabras habladas de un mito perdido, traducidas a mierda, sin sentido y ahogadas en

orinar.

Plaga a estos seres, dejados para purgar, dejados para lamentar.

Captura,

oscurecer el mundo entero, para eludir

Antes hubo eones de gobernantes, pero ahora solo puede haber uno.

Ante su conglomerado, unidos bajo el sol ennegrecido de la muerte

Siempre disfrutaremos de su gloria.

Ahora inclina tu cabeza ante el Divino.

Miramos al sol mientras le rezamos a la luna, para que deje que la luz se consuma

Consumir

Vivimos nuestras vidas en la comodidad, matando, saqueando.

Es implacable.

Aceptamos la ofrenda de la muerte.

Esta es la mano que se reparte, ahora solo

sentenciarte a ti mismo

Libérame de mi espíritu.

Oh amado salvador, haz lo que debas,

y envíame al fuego.

Aprenderé a odiar.

El ardor de mis deseos

Bendice estas tierras.

El aire es el olvido, los ríos que fluyen rojos, la limpieza

reflejo de los muertos

Somos impuros, un final cataclísmico.

el finito infinito

Somos los condenados, respirando el aire sulfúrico.

Seguimos a los caídos,

por tierras hermosas y tóxicas.

Una presencia incorpórea, la hermosa

estrella de la mañana, un faro oscuro en la luz, el único dios ardiente verdadero

Nuestros sentidos se han entumecido desde que juramos ir a este infierno.

Viviendo sin nuestra dignidad, el anticristo ha resucitado, las órdenes han sido

dado

He aquí, el rey, sobre nosotros