Canon in D Major for Orchestra - Walter Rinaldi, Vivaldi String Orchestra, Иоганн Пахельбель

You are my love, my life, my best chance to live free…

my eyes when I watch the sun setting over the sea,

my lungs when the cool breeze blows softly into me,

You are my ears when I listen to Canon in D.

My happiness you were, you are and always you will be…

When you laugh, when you sing, when you cry and when you dream

When you are near or when you are far, you always will be, always were and

always are, mi cario, my soul mate, my number one weakness and my greatest

strength.

When you were born, while you live and long after you die, you were,

you are and always will you be mine.

My sweetest sweet, my dearest dear, my only trust and hope after God and my freedom of all fears.

Always my Love, no matter how far or how near The oceans

so vast as far as one can see under the sky so blue and beyond all the

mountains' highest peaks.

So far, deep and long my love for you,

so strong and lasting, so real and true

The beauty of your eyes looking into mine, your skin, your hair all so soft and

so fine… How lucky am I that you could be all mine.

This time I now know as the cool autumn winds softly blow.

I’ve said this all even before, just yesterday and long ago!

So I stand now silent to all, for only she really knows…

And the autumn breeze slowly sooths a once lost soul.

Alas my Angel I have

found and she has found me.

So far, far away but still hear her heart beat.

Beyond all any hopes and more than any dream.

I now believe in fate and see in destiny.

The Lord has not left us,

alone or lonely…

for now my Angel I have found and she has found me.

I can not put into all the words

or have imagined or foreseen, how perfect we will feel together

and how I miss you every time you log off and leave.

Eres mi amor, mi vida, mi mejor oportunidad de vivir libre…

mis ojos cuando veo el sol ponerse sobre el mar,

mis pulmones cuando la brisa fresca sopla suavemente en mí,

Eres mis oídos cuando escucho Canon en D.

Mi felicidad fuiste, eres y siempre serás…

Cuando ríes, cuando cantas, cuando lloras y cuando sueñas

Cuando estés cerca o cuando estés lejos, siempre estarás, siempre estuviste y

siempre eres, mi cario, mi alma gemela, mi debilidad número uno y mi mayor

fuerza.

Cuando naciste, mientras vives y mucho después de morir, eras,

eres y siempre serás mía.

Mi dulcísima dulzura, mi queridísima querida, mi única confianza y esperanza después de Dios y mi libertad de todos los temores.

Siempre mi amor, no importa cuán lejos o cerca de los océanos

tan vasto hasta donde uno puede ver bajo el cielo tan azul y más allá de todo el

picos más altos de las montañas.

Hasta ahora, profundo y largo mi amor por ti,

tan fuerte y duradero, tan real y verdadero

La belleza de tus ojos mirando los míos, tu piel, tu cabello todo tan suave y

tan bien... Qué suerte tengo de que pudieras ser todo mío.

Esta vez ahora sé como soplan suavemente los vientos frescos del otoño.

¡He dicho todo esto incluso antes, justo ayer y hace mucho tiempo!

Así que ahora me quedo en silencio para todos, porque solo ella sabe realmente...

Y la brisa otoñal calma lentamente un alma perdida.

¡Ay, ángel mío, tengo

encontrado y ella me ha encontrado.

Tan lejos, muy lejos, pero aún escucho los latidos de su corazón.

Más allá de toda esperanza y más que cualquier sueño.

Ahora creo en el destino y veo en el destino.

El Señor no nos ha dejado,

sola o sola…

porque ahora he encontrado a mi ángel y ella me ha encontrado a mí.

No puedo poner en todas las palabras

o hemos imaginado o previsto, cuán perfectos nos sentiremos juntos

y cómo te extraño cada vez que te desconectas y te vas.